PARA MILAGRO, LA LIBERTAD

A siete años de la detención de Milagro Sala, resultado de una persecución implacable con causas armadas, jueces adictos y una Suprema Corte provincial que manipuló el proceso a gusto del gobernador de Jujuy y el entonces presidente, más que nunca se impone la necesidad de un indulto que ponga fin a esta situación injusta y arbitraria que mancilla la democracia y el estado de derecho.

Fue por su obra, por su lucha por la dignidad del pueblo profundo, por su voluntad inquebrantable de construir una patria que diera felicidad a los siempre postergados, a esos y esas que crecieron, como ella, en el barro del abandono y la miseria a la que empuja un sistema que propugna la acumulación de unos pocos merced a la desgracia perpetua de grandes mayorías.

Fue por ser pobre, negra y mujer. Y fue por ser una de las referentas de un modo de pensar y construir una nación justa y solidaria, que ese poder de acumulación, junto a sus serviles aliados en los distintos estamentos públicos -ejecutivos, legislativos y judiciales-; intentó destruir. Justamente por eso, para escarmentar, para dar un mensaje de terror a quien intentara seguir sus pasos.

Les duele su orgullo, odian su sangre indígena, les revuelve las tripas que una mujer se alce desde la tierra misma con una fuerza arrolladora, capaz de de llevar adelante las más dignas reivindicaciones. Por eso las causas armadas. Por eso el carcelero Morales, cumpliendo el mandato de Mauricio Macri y en connivencia con el poder judicial jujeño, movió todos los hilos para detenerla y convertirla en el caso testigo de lo que sería el inicio una descarnada campaña de lawfare desatada sobre Cristina y otros líderes latinoamericanos que le habían devuelto la dignidad a sus pueblos.

Por eso es que aquella magnífica obra del barrio Alto Comedero fue arrasada y destruida, para evitar dejar registro en la memoria popular de lo que la militancia y el amor por el otro son capaces de construir: una patria mejor.
Por todo eso, a siete años de su injusto encarcelamiento, el hostigamiento brutal y la persecución sostenida decimos, para Milagro, la Libertad: indulto ya.

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