DE LAS MARIPOSAS A CFK: MUJERES PARA ADELANTE

Por Micaela Plencovich
Por Micaela Plencovich

Feminismo Popular | Lealtad

«Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, aseguró Minerva Mirabal. En la clandestinidad, con una década de militancia política enfrentando la dictadura trujillista y múltiples torturas, violaciones y encarcelamientos en su haber, se anticipaba al que sería su destino.

El 25 de noviembre de 1960, Minerva y sus hermanas Patria y María Teresa, también activistas, regresaban de visitar a sus compañeros en prisión cuando fueron sorprendidas por agentes del servicio de inteligencia de República Dominicana, quienes las asesinaron brutalmente e intentaron encubrirlo simulando un accidente.

Ocurrido en un contexto de levantamientos populares contra los procesos dictatoriales latinoamericanos, el crimen de “las mariposas” despertó en el pueblo dominicano el valor para rebelarse al sangriento régimen de Trujillo y se constituyó, en tan solo seis meses, como detonante directo de su caída en mayo de 1961 tras más de 30 años de oscuridad.

La memoria colectiva feminista

Las hermanas Mirabal dedicaron su vida a la lucha organizada por la libertad política en su país. Con su irreverencia, su valentía y su entrega, dejaron un legado que las erigió como un símbolo contra la violencia por razones de género e impulsó un suceso de acciones internacionales de conmemoración y visibilización.

En el año 1999, la ONU estableció como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer al 25 de noviembre, convocando a gobiernos del mundo entero y la sociedad civil en todo su conjunto a unir fuerzas para afrontar la problemática.

Ahora que sí nos ven

En nuestro país, con el surgimiento del “Ni una menos”, se dio inicio a un irreversible proceso de reconocimiento y deconstrucción de las distintas prácticas que responden a estructuras patriarcales, las cuales durante mucho tiempo se mantuvieron invisibles porque se encontraban naturalizadas.

La fuerza y el protagonismo consolidados por el movimiento feminista en las calles durante los últimos años permitió integrar sus demandas a la agenda política, avanzando ampliamente en materia de legislación y obteniendo grandes conquistas de derechos, como la Interrupción Voluntaria del Embarazo y el Cupo Laboral Travesti Trans en el Estado provincial y nacional.

Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer. Y es por eso que la designación de una fecha conmemorativa no solo tiene el fin de concientizar acerca de las desigualdades entre los géneros, sino también de exigir la implementación de políticas públicas que reduzcan la brecha.

La garantía de una vida libre de violencias por razones de género es una cuenta pendiente que requiere del compromiso de todos los actores sociales y del Estado en todos sus niveles para generar el cambio cultural que se necesita.

Los riesgos de ser mujer para adelante

«(…) Tal vez aún si siendo mujer hiciera las cosas que quiere el establishment y los grandes centros de poder, seguramente sería una intelectual fantástica y una chica que habla bárbaro. Pero son los riesgos de ser mujer y, además, de ser mujer para adelante: para que la sociedad progrese, para la redistribución del ingreso, para la ampliación de derechos. Todo esto, si sos mujer, es doblemente castigado.” 19 de julio de 2010, Casa Rosada: Cristina presenta la Ley 24.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres Visión Siete: No a la violencia de género

Si algo tenemos claro quienes militamos diariamente para transformar la realidad es que las comodidades de una vida individual resultan esquivas para aquellos y aquellas que optan por entregarse al juicio de la historia. De ahí que las hermanas Mirabal, aún sabiéndose perseguidas, eligieran seguir combatiendo por la causa de su pueblo y afrontar sus consecuencias materiales.

Las mujeres de nuestra Patria bien saben de esto. Eva, las militantes detenidas y desaparecidas, las Madres y las Abuelas, Cristina, Lohana, Diana, Milagro: compañeras que han priorizado ser mujer para adelante, con todos los riesgos que eso implica.

Las difamaciones, la persecución y las manifestaciones de odio más crudas que alguien se atrevería a imaginar. El «viva el cáncer», el sometimiento de sus cuerpos vivos e incluso muertos, la apropiación de sus hijxs. Los gatillazos en la cara de la vicepresidenta en tiempos de democracia que hace apenas dos meses no acabaron en guerra civil, literalmente, de milagro.

La violencia política es parte del entramado de violencias por razones de género que, como sociedad, tenemos la tarea de desmantelar. En tiempos de radicalización de sectores de la derecha que cuestionan la existencia del patriarcado y ven en el feminismo un fenómeno pasajero y vacío de contenido, el movimiento de mujeres y diversidades no puede darse el lujo de mostrarse indiferente ante la violencia sistemática de la cual es blanco, desde hace más de una década, la figura más relevante de la política argentina. Por ser mujer y, además, por ser mujer para adelante.

Los feminismos de nuestro país, que con la marea verde sacaron a relucir una enorme capacidad de organización, encaran el desafío de sobreponerse a los matices ideológicos para instalar, nuevamente, una agenda común. Y si de consensos básicos se trata, es un punto innegociable ser capaces de interpretar la misoginia padecida por Cristina como una afrenta en carne propia. Porque lo es. Porque quienes la persiguen, persiguen también las conquistas que entendemos como avanzadas hacia una sociedad más justa e igualitaria. Porque Cristina es la piedra en el zapato de lxs que buscan mantener el status quo. Porque, en sus palabras: todo esto, si sos mujer, es doblemente castigado.

En esta jornada de lucha, dos certezas:

  • Defender a Cristina es defender los derechos conquistados.
  • Defender a Cristina es construir las condiciones de posibilidad para que, de una vez y para siempre, reine en el pueblo el amor y la igualdad.
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