Plan sistemático: espiar, perseguir, saquear

No hay blindaje mediático ni complicidad judicial ni intentos desesperados por desviar la atención que puedan ocultar lo evidente: fue un plan sistemático del macrismo para perseguir a dirigentes políticos y sindicales que puedan interferir en su programa de saqueo. Y para eso echaron mano a las peores herramientas que nos remiten a las épocas más oscuras de nuestra historia. No es casual porque ahí está su núcleo ideológico y emocional, trantando de validar el dos por uno a genocidas, apoyando a negacionistas, hablando de “desaparecer” gente que no piensa como ellos quieren.

Atropellaron la justicia y la democracia, pero los atropelladores ahora se dicen atropellados. Las patéticas excusas del macrismo y el intento de atribuir sus propias responsabilidades en quienes los denuncian son pruebas no solo de su involucramiento absoluto, sino de su desesperación. Los datos que matan el relato macrista son los que aparecen a diario demostrándolo.

Están desesperados porque no saben qué otros videos habrá de sus reuniones de la “Gestapo” y la mesa judicial. Ya se habla de 400 horas de filmaciones ilegales, irónicamente ordenadas por sus propios jefes políticos. Claramente no hay ningún cuentapropista en esto.

Es lamentable el papel de la ex gobernadora. Repite guiones que se chocan con la realidad, que no se cree ni ella por más que lo ensaye diez días frente al espejo. Decir que no sabía que en la mesa con sus ministros había gente de la AFI no solo es ridículo, pone en evidencia lo berreta de su estrategia.

Lejos de explicar nada, quiere salir corriendo del caso intentando instalar otros debates. Y cuando habla lo hace para ir al salvataje de su jefe Mauricio Macri, como si la hubieran obligado a hacerlo, como si la hubiesen amenazado con más carpetazos. Vidal dice que la perseguían las mafias. Estas eran las mafias, las que armaron ellos mismos.

No hubo actuación de la Justicia “en base a pruebas concretas e irrefutables”, como quiere hacer creer el Pro. No hubo reuniones de trabajo en el marco de lo institucional. No hubo combate a las mafias. Hubo lo que denunciamos desde el primer momento: Puro espionaje y pura persecución. La gestapo macrista al palo.

Nada nuevo. Macri es un espiador serial. Espió a su propia familia. A sus propios dirigentes y hasta a los familiares de los héroes del ARA San Juan. Lo hizo gobernando la ciudad de Buenos Aires con el “Fino” Palacios. Y asumió la presidencia procesado por eso hasta que lo salvaron sus socios del lawfare.